sábado, 22 de noviembre de 2008
viernes, 21 de noviembre de 2008
Imagen Símbolo: una vieja comunista.
El comunismo ha muerto justamente por su envejecimiento, por su falta de autocrítica y renovación. Se convirtió en un movimiento tan romántico como obsoleto, en el mejor de los casos. Nefasto en los peores, y más conocidos.
Ay Gramsci... si hubieras sido leído como merecías... En la foto habría una modelo en bolas empuñando un martillo... y, de fondo, una afilada hoz.
"Hegemonía"...ese era el concepto!! (¡¡No Dictadura del proletariado!!)
El Duque ¡Rojo! (buee...naranja)
Nota: ufff..hace cuanto que no revisaba mi pasado revolucionario...jajaja (más de uno sonríe y me acusa de bolche, en este instante)
lunes, 17 de noviembre de 2008
miércoles, 12 de noviembre de 2008
"Necesito declararme en cortocircuito"
Voy caminando a paso cansino por un barrio que es el mío, pero no lo es. Al menos no lo siento así. Deben ser las dos de la tarde, por la tranquilidad de la calle. Hay sol, pero no hace tanto calor. Es agradable el paseo. Voy tarareando una canción. Por alguna razón llevo puesta una mochila, y de a ratos empujo una especie de baúl con ruedas hacia un lugar que no puedo precisar. Voy tarareando:
"Necesito declararme, en cortocircuito. Me pase la vida viendo, viendo como hacen el mundo en vez de hacerlo yo". Así una y otra vez, mientras camino. Despacio.
Una puerta se abre unos metros adelante, a mi izquierda. Para cuando paso frente al lugar, salen dos personas, lentamente. Para mi sorpresa, uno es una personalidad brillante que musicalizó parte de mi vida, y ahora muchos dicen que se encuentra en el vértice final de su camino a ser leyenda. Quiero disimular, pero no lo logro. Trato de seguir como si nada, tarareando:
"Necesito declararme, en cortocircuito..."
Me mira. Me esquiva, baja la mirada. Está a la defensiva. Cualquiera hubiera comentado algo, acercándose. No me parecía oportuno, sabía en qué situación estaba esa persona. Me llamó la atención su "look": Pelo largo, pero prolijo. Ausencia de bigotes (todo un dato). Camisa y pantalón bordó, de una tela un tanto brillante. Caminaba lento, acompañado de otra persona, mucho más joven que él, y mucho más joven que yo.
Cruzan la calle. Y caminan por la acera de enfrente. Yo sigo cantando, casi en voz alta, mientras llevo esa especie de cajón, gigante pero liviano, empujándolo sobre sus pequeñas ruedas. Quiero que escuche. Sé que está escuchando.
"Necesito declararme..."
Por un momento reflexiono: "Justo es una canción de él". Al instante me corrijo: "No, es del rosarino". Pero sigo. Esas lineas, de alguna manera, mezclan su vida con la mía. Camino unos metros más. Escucho que el chico que lo acompaña le pide que recurra a "la oración", insistente. Relojeo que el puber insistente está vestido como un catequista: pantalón gris, camisa blanca. Es rubio, lleva lentes. Está muy prolijo. Es un "ñoño", reflexiono. Es su hijo: "tenés que recurrir a la oración"...
"Me chupa el culo"
Responde, harto, el ídolo otrora bicolor. No grita. Quiere que se escuche. Quiere mostrar su inconformismo. Pero no grita: "Me chupa el culo"... ¿Qué clase de frase es esa? Me río... es él, definitivamente.
Me sorprendo al ver que cruzan nuevamente hacia mi vereda, casi que chocándome. Nuevamente él levanta su vista, midiéndome. Me mira. Me esquiva, baja la mirada. Yo sigo tarareando la canción, como si nada. Doblamos los tres hacia la izquierda. Mi destino es apenas 10 metros luego de la esquina.
Sigo sorprendiéndome, el de ellos parece que también. Cuando termino de pensar en la casualidad, llega un amigo de él, con quien llenó varios teatros y algunos estadios. Amigo de antaño: Tiene el pelo largo, coloreado. Está afeitado. Diferente a la imagen reciente que tenía de él. Pero es. Me saluda, muy cálido. Por alguna razón me conoce. O, al menos, me reconoce como un par, como miembro de "su club". Se da cuenta que ese flaco vestido de bordó -su amigo- está incómodo, entonces me habla, para entrar en confianza y descontracturar la situación. Mientras, yo toco un timbre plateado, ellos uno al costado, de iguales características.
-"¿Viniste ayer al concierto?", me pregunta mientras me da la mano... en ese momento pienso que "ayer" fue jueves.
-"No. ¿Dónde tocaste?
-En el A. B. Muy linda sala.
-Si- Asiento con una sonrisa. Tengo muy buenos recuerdos de ese auditorio...
Mientras nos cuenta que pusieron un D.J. en medio de la sala, alguien se asoma por un ventanal. Estamos en una especie de hall/garaje. El recién llegado me pregunta si es la gente a la que espero. La verdad que no tengo idea. Reconozco algunas caras. Los están esperando a ellos.
Yo no se qué hago en ese lugar. A mi alrededor, todo empieza a perder consistencia. Todavía tengo dando vueltas esa canción de mi infancia...
"Me pasé la vida viendo, viendo como hacen el mundo en vez de hacerlo yo"
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Son las 8.08 de la mañana. Vengo a la máquina. Con los ojos aún lagañosos trato de no perder detalle. Luego de treinta minutos, esto es.
El Duque
martes, 4 de noviembre de 2008
"Comenzar otra vez"
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