"Desaliñado y extraño, solía ir por la calle con ropas viejas, con los pelos desordenados, gritando las melodías que se le ocurrían a plena voz (el no podía oírse) y anotándolas en un cuaderno. Por no hablar de sus monumentales e históricos ataques de ira. Lo llegaban a comparar con un "animal salvaje", ya que incluso en ocasiones llegaba a destrozar las habitaciones donde se alojaba. Aunque con la gente que el quería, como su sobrino Karl, si que era cariñoso y cambiaba radicalmente de actitud"
domingo, 1 de marzo de 2009
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