sábado, 4 de abril de 2009

Pequeñas derrotas cotidianas

A veces, las grandes revoluciones no salen... y no duele tanto como cuando lo que falla es algo trivial. Pequeño. Sin embargo, en lo que depositamos cariño, pasión.
Y falla una boludez, y uno deja caer el alma al piso: "que puta suerte"... y estamos hablando de pequeñas cosas. De "aquellas pequeñas cosas".
Así llegan, por obra y gracia del pequeño percance, las preguntas existenciales... ayudadas por el otoño y la soledad.

El Duke

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