Fútbol.
Si, fútbol. ¿Y qué? Muchos estarán pensando: "¿Cómo, de reflexionar sobre ideas revolucionarias del siglo XVIII se puede caer en la bajes de hablar sobre un insípido deporte, sin una explicación?" Otros dirán con sonrisa socarrona: "¡Lo sabía! ¡Este personaje chorrea vulgaridad!"
Ambos están en lo cierto. Como buen habitante del suburbio, me crié cagando a pelotazos portones ajenos... Imposible negarlo. Si la vida logró movilizar en mí otros intereses, no significa que me haya divorciado de mi pasado. Que también es presente.
Ahora si, fútbol... Imaginen que lo siguiente lo relata Peter Capusotto.
Ilusoria pintura en la que las clases se fusionan, abrazadas, en un grito de gol. Concurrir a un estadio de fútbol puede ser una experiencia maravillosa. El más pacato ser se convertirá en un enfervorizado fanático contagiado por la masa que empuja a un equipo, desde sus gritos, desde sus cantos, desde su pasión. La linea que divide la racionalidad con lo irracional es harto delgada. La adrenalina despedida de un estadio de "fobal" al momento de un gol, o de una consagración, es capaz de lograr la ignición del Discovery, con destino a la Luna.
Ilusoria pintura. Las clases se fusionan. Es ficción. Una clase en la tribuna, otra clase en la platea. Todos gritan al unísono, pero desde su lugar.
Es ficción. El fútbol es un juego que se juega adentro y afuera de la cancha. Adentro, se juega por anotar goles, por ganar la partida. Afuera, se juega por olvidar. Y es así, dentro de un estadio de fútbol, la coyuntura desaparece por completo. Solo el verde césped importa. El espectáculo es único...sin embargo...
Lo grave es que muchas personas no dan cuenta de esta ficción. De este "jugar". Por la simple razón de que la realidad no les ofrece más que lo que puede ofrecerle un equipo de fútbol, con sus triunfos y derrotas, metáfora de la vida cotidiana, pero mucho más amena, claro está.
Yo disfruto el fútbol. No lo sufro.
¡Felicidades River Plate, el Gran Campeón del fútbol Argentino!
El Duque
PD: En la fotografía, La Máquina: probablemente, la mejor delantera de todos los tiempos. Según las crónicas, la belleza desplegada por estos cinco talentosos futbolistas, logró la calificación de "arte", para quienes asistían al Estadio Monumental. Eran otras épocas...
De izquierda a derecha: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.
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